“Cuando nació se cayó de la cama”, “le faltó oxígeno”, “es algo hereditario”. Mil y un respuestas han dado para justificar su condición. Lo único cierto es que de su origen nada se sabe.
Los más grandes de la colonia mencionan que un día llegó y saludó como desde hace 50 años lo hace: buenos días, tardes o noches según sea el caso. O al menos eso trata de hacer. Quienes la conocen entienden sus palabras, lo que realmente sale de sus labios es algo así como: “mueños ñías jven”. Sí, es gangosa.